jueves, 25 de septiembre de 2014

14 Lecciones de moda que nos dejó F.R.I.E.N.D.S

[Créditos de apertura]

[Escena 1: Mi oficina. Todos miran sus pantallas mientras mi cabeza está pegada al teclado.]

Las generaciones mayores se quejan de la nuestra por haber sido criados a punta de programas de televisión americanos, pero realmente deberían quedarse a ver cómo va a salir la que fue criada por reality shows.  [Risas grabadas] Algo de razón tienen, pues estamos llenos de referencias de sitcoms americanas. Hay quienes no pueden tocar a la puerta sin decir "Penny, Penny, Penny", muchos quisimos una abuelita que nos dijera 'te mudas ahora mismo con tus tíos de Bel-Air', otras queriendo ser Carrie terminamos en Liz Lemon y si son de los míos, saben que Ashton Kutcher ain't no Charlie Sheen. 

Este mes se conmemoran 20 años del primer capítulo de Friends, 20 años de Central Perk, y 20 años de saber que aunque estemos en la peor de las tragas siempre nos irá mejor que a Gunther. Con Friends aprendimos lecciones de vida pero también lecciones de armario. Phoebe era bohemia con sus maxi faldas y estampados indies, Mónica reflejaba su TOC (Trastorno obsesivo compulsivo) por la limpieza en sus prendas de cortes clásicos y looks monocromáticos, Rachel era la personificación de la mujer moderna y femenina de los 90's, Chandler tenía las mejores camisas para ocultar su tercer pezón, Ross era amante de los dinosaurios y los sacos, pero no los sacos de dinosaurios -gracias Dios y productores de la serie- y finalmente Joey, quien usaba ropa a pesar de no necesitarla.

Además, he recopilado 14 lecciones de moda, puntuales y memorables, en un post que demuestra una vez más que la moda es demasiado importante como para tomársela en serio: 




1. Si te ofrecen un trabajo en Louis Vuitton en Paris, te bajas del avión... 

 

..Si y solo si, es para estar con un hombre que no cuenta en segundos sino en Mississipis. 


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2. Lo último que se necesita para ponerse un vestido de novia, es casarse.


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3. Lo que le falta al mundo son más bolsos de hombre. (Y más Joeys.) 



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4. ¿Quién quiere ser sexy Mamá Noel el 24 de Diciembre cuando se puede ser Papá Noel cualquier día del año?    




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5. Lo contrario de esconderle la ropa a alguien es ponerse todo lo que tiene. Después de ese capítulo la yuxtaposición de prendas se volvió toda una tendencia.


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6. Tenemos pelo para ser icónicas, ya sea para bien o para mal, con o sin humedad.



Y no hay nada que una trenza (o cien) no puedan arreglar.




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7.  Si Joey puede, ¿por qué no nosotras? GO COMMANDO!




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8. Para cuando podamos ver flashbacks de nuestro estilo personal, tienen que haber referencias de películas de los 80's o habremos fracasado en la vida.



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9. Gastarse lo del divorcio en un par de botas carísimas, en las que al final no puedes ni caminar, es la mejor terapia matrimonial.




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10. Si hay pantalones de cuero involucrados, cualquier cosa puede pasar.



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11. Si dejas plantado a alguien en el altar, tarde o temprano lo pagas.




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12. Los dilemas morales de la moda, los abrigos de piel y el vegetarianismo, se hacen peores si uno conversa con ardillas regularmente.



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13. No se piden de vuelta las prendas de una relación que terminó.



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14. Hombres que se depilan las cejas: Don't.

jueves, 18 de septiembre de 2014

Coqueteando en la Semana de la Moda de Nueva York


Hay varias maneras de decir que algo nos gusta y la peor de todas es diciéndolo. Basta de usar palabras para todo cuando por algo se inventaron las pestañas. La coquetería es una herramienta poderosa que todos usamos aún cuando no sabemos cómo, y la usamos de todas maneras porque cuando a uno le gusta algo - le gusta de verdad- se le nota así no quiera. La coquetería ha tenido más hijos que cualquier personaje bíblico y ha hecho llorar a más gente que final de temporada de Grey's Anatomy. Si uno pica el ojo y no parece que estuviera en la mitad de un colapso nervioso, entonces ya no necesita pronunciar palabra. La coquetería voluntaria e involuntaria es tan útil que he decidido recurrir a ella para hablar de los desfiles de la Semana de la Moda de New York que tuvo lugar la semana pasada en el Lincoln Center. En vez de ir a lugares comunes como "Di-vi-no!", lo explicaré con las caras más coquetas de toda la web. ¿Por qué tomarme el trabajo de hacerlo así? Fácil, porque necesitaba una excusa para poner esto en el blog: 

                                     


Y esto...

       



Coquetear con la moda es doblemente un arte. Seamos artistas, empecemos:



























Como dijo Milan Kundera "La coquetería es una promesa sin garantía". De ahí las caras que ponemos los amantes de la moda ante desfiles así, vemos las prendas con la promesa de quererlas en nuestro armario sin ninguna garantía pero sobretodo, sin la plata.

Como siempre, como todo, las caras de la luna son dos y las nuestras también. No podemos ocultar cuando algo nos gusta y mucho menos cuando no nos gusta. Especialmente cuando a Jeremy Scott lo dejan torturar pedazos de tela y le dan un pasarela:






Lo unico que quiero de Shrek es su mejor amigo, no su cara estampada en mi ropa. 
Qué rabia, o mejor dicho:


5 puntos por acordarse de esta película 
  


L.C. 

viernes, 5 de septiembre de 2014

Minimalísimo y extra-vagancia

Parece que todo se ha dicho del menos es más, de las cosas simples pero significativas, de tener lo esencial y desechar lo que sobra. Pero no todas las veces el minimalismo suena tan bien, por ejemplo, el minimalismo en la billetera se llama pobreza, el minimalismo en la diligencia es pereza y el minimalismo en el amor, verano. Mientras Ludwig Mies van der Rohe decía "Menos es más", Robert Venturi decía "Menos es un aburrimiento".



¿Ven la división que separa ambas frases? Así de delgada es la línea entre lo simple y lo aburrido. Casi tan delgada como la línea entre investigar y stalkear, o la línea entre 1/2 y 12. A la hora de vestirse la línea también está ahí, porque no es lo mismo decir que el estilo personal es minimalista a no poner ningún esfuerzo en la pinta. El minimalismo en la moda no se refiere a las faldas que parecen cinturones o a los quilates que puedo costear, sino a el refinamiento de las formas dictadas por la función y a la calidad sobre la cantidad.








La realidad es que tener un estilo minimalista no es fácil porque lo realmente simple es lo más difícil. Para quienes resaltamos lo importante de los textos y terminamos con un libro fluorescente, esa labor es aún más compleja. Somos los mismos que tenemos que aprender a vivir frente a una pared blanca cuando soñamos con tener torticulis viendo los techos del Louvre. Confieso que somos los mismos que por alguna razón siempre hemos tenido contacto con escarcha en las últimas 36 horas y Halloween solo existe para poder ponerse la peluca de Marie Antoinette.

Así como Mondrian tiene a Gutheil y las Olsen tienen a Anna Dello Russo, el minimalismo tiene al maximalismo;   La extravagancia, el detalle en el detalle, los brillos y estampados, el sobrecupo de las tarjetas de crédito y el sobrepeso de las maletas de viaje. El 'too much' también es más.




Pero si el minimalismo puede ser aburrido, el maximalismo puede ser la vagancia en la síntesis y la abstracción. Eso puede ser dañino, por ejemplo, después de ver un desfile de Pucci me toca tomarme un vaso de agua para bajarlo..

La moda tiene una ventaja que ojalá hubieran tenido los parciales de cálculo y es que no hay sólo una respuesta correcta. Uno no siempre se tiene que ir por lo menos o por lo más, con el promedio basta. Por eso, para no caer ni en el minimalísimo ni en la extra-vagancia, les he traído una guía para incluir en los looks de líneas simples que recalcan lo esencial, un poco de las pistas de la Formula 1:

1. Ten siempre en tu armario estos colores: Blanco, negro, gris, beige, café y azul navy

2. Compra piezas separadas para que puedas mezclar y combinarlas. 

3. Busca buenas ofertas para las prendas con líneas más limpias, sin adornos o planas. 

4. Invierte más en las piezas especiales, estampadas y maximalistas que siguen las tendencias, las que le dan sabor a las cosas o y se parecen al Ras tas tas en un mundial. En inglés statement pieces y en español: caldo maggy.

El resultado es verse siempre actual sin tener que preocuparse si tenemos o no con qué combinar las cosas nuevas, porque las prendas minimalistas eliminan ese riesgo. Me explico gráficamente:


































Esta combinación de estilos la vivimos siempre, es el balance entre la calma y la tormenta, entre la paz y una canción de Silvestre Dangond, es como acompañar las clases de matemáticas con tequila o sextear en la misa, es saber que todo puede ser simple pero no podemos dejar de complicarnos un poco, de complicarnos porque nos gusta.