domingo, 13 de abril de 2014

¿Quién es L.C?


¿Quién es Luciana Coconut?

Luciana Coconut de pequeña quería ser suya cuando grande y vestirse como Las Spice Girls. La visión de su futuro correspondía a su deseo de vivir para ella misma porque aunque parezca absurdo aún en este siglo hay gente que vive para los demás, o peor, que se viste para ellos.  Además, Luciana Coconut quería ser mujer, y no cualquiera, pero no pudo porque era una idea y las ideas no tienen piernas largas ni pueden encresparse las pestañas. Cuando una mujer se viste, una idea se concibe y cuando una mujer de desviste, la misma idea se desvanece; Luciana Coconut no es más que la vida intermitente de esa idea y este blog es su relato. La moda además de ser muchas cosas, “Un lente para entender una época” como dice Vanessa Rosales (Inserte reverencia aquí) o “El valor con una mayor frecuencia en una distribución de datos” como dice la estadística, también es un relato.

Lo bueno es que si este relato digital fuera un libro no estaría en el estante de autoayuda pero, por otro lado, siempre viviría frustrado por no poder ser uno infantil de ‘scratch and sniff’. En fin, la idea de Luciana Coconut es que las mujeres, y ¿por qué no? los hombres, deben vivir para sí mismos así vivan mal y se deben vestir para sí mismos así prefieran el polyester al cashmere. Lo que conocemos como mal gusto y que tantos críticos ‘light’ se han dedicado a satanizar puede ser muchas veces un mal necesario. ¿Cómo reconoceríamos la belleza de nuestros outfits actuales si no tuviéramos fotos nuestras en los 90’s? ¿Cómo podría Olivia Palermo sentirse cada vez mejor con ella misma de no ser por seres mortales como el resto de nosotros? La verdad es que no existiría el buen vestir sin el mal vestir, lo necesitamos, unos para reír, unos para aprender y otros para tener que ponerse.   


Con una esperanza infinita de divorciarme de la Ingeniera Industrial y vivir un futuro incierto al lado de la moda,  escribo sin ser escritora. Sólo quiero exponer la moda de una manera seria(mente divertida) y proponer contenido fácil de digerir, sin insinuar que alguien es de metabolismo lento.  Quienes nos sentimos fascinados por el sistema de la moda intentamos salir del estigma de huecos e insulsos que nos ha azotado más que familia colombiana a baldosa en año nuevo. Es esta etiqueta, y no todas las que dicen Marc Jacobs o Vivienne Westwood, la que nos ha impulsado a demostrarles a quienes se equivocan, lo mucho que lo hacen. Pero la moda no tiene que tomarse tan en serio para demostrar que es importante, todos sabemos que lo es. Este es mi mejor intento, espero que les guste y si les cae como un zapato supongo que no me puedo molestar; en forma de ellos nada podría ser malo.

Luciana recibe su nombre por mi abuelita Lucía, pintora, tejedora, excelente cocinera e inspiración para el humor, una mujer que me enamoró del arte cotidiano y de las telenovelas de la tarde. El Coconut es por otra gran mujer, una ‘Coco’ revolucionaria que infundió en las generaciones por venir, una curiosidad insaciable hacia la construcción del estilo personal y la búsqueda de la elegancia y la belleza. ¿Y la corona? Sólo es un recuerdo de Leandro Díaz y García Márquez, un tributo a la Diosa Coronada de Florentino Ariza, a los amores contrariados y al “Toda la vida”; o puede ser porque mi segundo apellido es Coronado. La moda, al igual que todo, puede ser tan trivial o significativa como quiera la mano que la escribe o la persona que la lleva.

Laura Viviana Ortiz Coronado
Escribiendo desde una fábrica de estufas y calentadores porque la vida.




Modamáticas

Dicen que no hay que esperar a la inspiración sino salir a buscarla. Muchos diseñadores también dicen haberla buscado y encontrado en el profundo significado de la historia, la naturaleza, la literatura, las puestas de sol, en los ojos del amor o en una canción de Ricardo Arjona. Pero a veces la inspiración llega por su propia cuenta desde los lugares más cotidianos y ridículos. Las imágenes y los utensilios más fortuitos se entrelazan de una forma tan exacta que solo podría explicarse a través de funciones y operaciones matemáticas. Se derivan las unas de las otras, forman sistemas que se resuelven a lo Gauss Jordan, se elevan a su máxima potencia y nos dejan totalmente engañados, como si entendiéramos algo a respecto.
Modamáticas es una sección creada para recordarnos que los extremos - la moda y las ciencias exactas- se tocan y que no hay que decorar con palabras bonitas lo que se puede explicar con un utensilio de cocina y el disfraz de una caricatura.

La Fundación Universitaria del Área Andina, o de Nunca Jamás, resaltan siempre por su recursividad, las cortinas de la abuela and all that. A su percepción de la sensualidad femenina le diría: Nunca Jamás.





¿Alguien (Francesca Miranda) se fue a un viajecito a Las Vegas?





Manuela Alvarez inspiró su colección en la exaltación a la individualidad (de Brad Pitt) y en estructuras complicadas (de arácnidos).




Esta pasarela de Kika Vargas se presentó bajo el nombre de "Everywhere", inspirada en el pasado y en el presente. Esperemos que el pasado sean esas mangas de mambo, y que nunca puedan viajar al presente. La mole puede ser el futuro, si no nos protegemos de los rayos UV, es una posibilidad.




Daniel Hoyos quiso hacer un poco de Clown y claro, es imposible hacer eso Hollywood.




Pasarela Infashion: no imagino como podrían justificar su inspiración de una forma diferente a esta. 






 

Now Three siempre refleja una estética andrógina, no se define por el género. Es interesante que quieran mostrar que tanto hombres como mujeres somos propensos a que los accidentes pasen cuando nos vestimos de blanco:





Leal Daccarett habló de lo que significa el Otoño/Invierno: Estar cómodos y arrolladores para las fiestas. Es una gran descripción del estilo de Piccolo y se adapta perfectamente a su personalidad. Si Leal y Daccarett, nosotros también vimos Dragon Ball Z.  





 Camilo Álvarez tituló a su colección 'Ciudad Acuario' inspirada en las olas del mar y la espuma. Por mi parte, he desarrollado otra teoría. Quiere que las mujeres seamos Quick Response, así parezcamos organismos unicelulares.
 



Isabel Henao de la mano de cristales Swarovski, diseñando el menú de un nuevo restaurante.


viernes, 11 de abril de 2014

Sacrificio al nivel del mar

El amor es sacrificio o eso he escuchado. Los sacrificios que se hacen por amor pueden llegar a ser pequeños como dar el último cuadrito de chocolatina Jet, dolorosos como ceder el control del televisor o más grandes, como dejar de fumar. Hacemos todas estas cosas esperando que la otra persona haga lo suyo para hacernos más felices el uno al otro, pero hay un sacrificio que a mí, me llena de dudas y ese es renunciar a los tacones para estar, literalmente, al lado de un hombre bajito.






Me imagino cambiando mis Louboutin de 10 cm de alto por unas Flats contacto directo al piso y pienso que creo en el amor, pero no tanto. Amigas que piensan lo contrario, tengo muchas y es una pena. No porque se hayan enamorado de un hombre bajito sino porque tan desprendidas ellas de sus accesorios, renunciaron también a ese sentimiento único de convertirse en Mujer Maravilla con un solo paso. Además, renunciar a los tacones incluye tirar por la borda todo el esfuerzo que imprimimos durante años para que nuestras piernas se dejaran de parecer a las de Bambi aprendiendo a caminar, y desarrollando resistencia (porque decir callosidades en este espacio sería una falta de elegancia y glamour) en cada punto débil del pie.
A mí me parece que es hora de dejar atrás esas concepciones cerradas de que el hombre debe ser más alto que la mujer, sobretodo porque si a mis 1.70 (modestia aparte) le suman mis tacones de 10 c.m. la población masculina potencial para relacionarse romanticafectivamente en Colombia se reduce considerablemente y la intersección con aquellos que valen la pena, sería casi imperceptible al ojo humano y a la esperanza de una mujer. Prefiero un hombre bajito que no se deje intimidar por unos centímetros de más  (o de menos) y seguir disfrutando del placer sado y fetichista de llenar vacíos a punta de zapatos.  
En conclusión: Yo, me agacho pero de mis tacones… no me bajo.   


Además, nada más mírenlos… Estos zapatos de las pasarelas de Otoño/Invierno 2014 solo podrían encontrar competencia masculina en la cara de Liam Hemsworth.  




                                                          



Gracias a mi guía espiritual conozco lecciones de vida tan importantes como esta. Ya sé que seguir a Tina Fey en lugar de al papa Francisco no me garantizará un lugar en el cielo, pero por lo menos sabré que en mi religión se promueve que las mujeres lloremos, como método para aterrar a todo el mundo y conseguir lo que queremos. Amén.