viernes, 5 de septiembre de 2014

Minimalísimo y extra-vagancia

Parece que todo se ha dicho del menos es más, de las cosas simples pero significativas, de tener lo esencial y desechar lo que sobra. Pero no todas las veces el minimalismo suena tan bien, por ejemplo, el minimalismo en la billetera se llama pobreza, el minimalismo en la diligencia es pereza y el minimalismo en el amor, verano. Mientras Ludwig Mies van der Rohe decía "Menos es más", Robert Venturi decía "Menos es un aburrimiento".



¿Ven la división que separa ambas frases? Así de delgada es la línea entre lo simple y lo aburrido. Casi tan delgada como la línea entre investigar y stalkear, o la línea entre 1/2 y 12. A la hora de vestirse la línea también está ahí, porque no es lo mismo decir que el estilo personal es minimalista a no poner ningún esfuerzo en la pinta. El minimalismo en la moda no se refiere a las faldas que parecen cinturones o a los quilates que puedo costear, sino a el refinamiento de las formas dictadas por la función y a la calidad sobre la cantidad.








La realidad es que tener un estilo minimalista no es fácil porque lo realmente simple es lo más difícil. Para quienes resaltamos lo importante de los textos y terminamos con un libro fluorescente, esa labor es aún más compleja. Somos los mismos que tenemos que aprender a vivir frente a una pared blanca cuando soñamos con tener torticulis viendo los techos del Louvre. Confieso que somos los mismos que por alguna razón siempre hemos tenido contacto con escarcha en las últimas 36 horas y Halloween solo existe para poder ponerse la peluca de Marie Antoinette.

Así como Mondrian tiene a Gutheil y las Olsen tienen a Anna Dello Russo, el minimalismo tiene al maximalismo;   La extravagancia, el detalle en el detalle, los brillos y estampados, el sobrecupo de las tarjetas de crédito y el sobrepeso de las maletas de viaje. El 'too much' también es más.




Pero si el minimalismo puede ser aburrido, el maximalismo puede ser la vagancia en la síntesis y la abstracción. Eso puede ser dañino, por ejemplo, después de ver un desfile de Pucci me toca tomarme un vaso de agua para bajarlo..

La moda tiene una ventaja que ojalá hubieran tenido los parciales de cálculo y es que no hay sólo una respuesta correcta. Uno no siempre se tiene que ir por lo menos o por lo más, con el promedio basta. Por eso, para no caer ni en el minimalísimo ni en la extra-vagancia, les he traído una guía para incluir en los looks de líneas simples que recalcan lo esencial, un poco de las pistas de la Formula 1:

1. Ten siempre en tu armario estos colores: Blanco, negro, gris, beige, café y azul navy

2. Compra piezas separadas para que puedas mezclar y combinarlas. 

3. Busca buenas ofertas para las prendas con líneas más limpias, sin adornos o planas. 

4. Invierte más en las piezas especiales, estampadas y maximalistas que siguen las tendencias, las que le dan sabor a las cosas o y se parecen al Ras tas tas en un mundial. En inglés statement pieces y en español: caldo maggy.

El resultado es verse siempre actual sin tener que preocuparse si tenemos o no con qué combinar las cosas nuevas, porque las prendas minimalistas eliminan ese riesgo. Me explico gráficamente:


































Esta combinación de estilos la vivimos siempre, es el balance entre la calma y la tormenta, entre la paz y una canción de Silvestre Dangond, es como acompañar las clases de matemáticas con tequila o sextear en la misa, es saber que todo puede ser simple pero no podemos dejar de complicarnos un poco, de complicarnos porque nos gusta. 




No hay comentarios: