domingo, 10 de agosto de 2014

ANNIE HEELS


Los tacones son como la vida según  Woody Allen: Life is full of misery, loneliness, and suffering - and it's all over much too soon. Duelen de cientos de maneras distintas, incendian la almohadilla de la planta de los pies, juegan Jenga con nuestros dedos - y nunca tendremos suficientes. Si, duelen pero es un dolor dulce- como dice Manolo Blahnik.  Siempre vamos a querer más zapatos altos, tanto como le huimos a la muerte a pesar de que duelen como la vida misma.  
Es cierto que no con todos pasa igual, pero sí con un par de Manolos o unos Loubis. Los anhelamos tanto como ese momento de llegar a la casa al final del día, arrancarlos de nuestros pies y pisar sobre algo frío. Ese momento es felicidad. El momento en el que compramos los siguientes, también lo es.  
Así es nuestra vida mujeres, ya deberíamos aceptarlo con serenidad. No hay beneficio sin sacrificio, ni tonificación sin ejercicio, no existe chocolate sin azúcar rico  ni zapatos extraordinarios sin dolor. Hay una gran ventaja en aceptar este último hecho: no nos volveremos a lastimar con tacones que no valgan la pena porque es como dice mi abuelita: “sufrir por novio bobo”. Los tacones como tantas otras cosas, si nos van a lastimar al menos que valgan la pena. 
 Estos son los niveles de dolor correspondientes al respectivo par de zapatos: 








Los zapatos altos son y seguirán siendo incómodos, su 'core business' es la belleza y no el confort, aunque estos dos conceptos se junten innumerables veces en el sistema de la moda. Las mujeres los usamos a pesar del dolor por su gran poder transformador, no solo físico sino también psíquico. Según Robin Ghivan, la única crítica de moda que ha ganado un premio Pulitzer, la psiquis femenina también se transforma cuando una mujer se sube en un par de zapatos altos, algo en ellos hace que nos sintamos poderosas, como si el solo ruido del taconeo contra el piso anunciara a los demás  nuestra llegada. Así es como Woody Allen logra explicar una parte del universo femenino, los tacones son esos accesorios que aunque hagan que nuestros pies se sientan llenos de miseria, soledad y sufrimiento;  nunca los podríamos llevar lo suficiente.




No hay comentarios: