jueves, 21 de agosto de 2014

Los túneles que no terminan

Es una página en Word, no se quejen.

Siempre nos escandalizan las cosas que no sabemos dónde terminan. Son para nosotros como túneles que no dejan ver si hay una salida del otro lado, y en una de esas puede o puede que no, nos encontremos un día con un túnel que no termine nunca. Puede o puede que no, un día nos toque uno de esos túneles que duran para siempre y esos, aterran. A menos que en el camino regalen zapatos, yo personalmente no entraría en uno de esos, aunque habrá un par de excepciones.

Pensé en los túneles que duran para siempre porque estaba viendo ese capítulo de FRIENDS en el que Ross se va a casar con Emily en Londres, y Chandler y Monica pasan la noche juntos por primera vez.  Es el mismo capítulo en el que Dr. House y yo, le gritamos al personaje de Rachel: “YOU WERE ON A BREAK!”. Después de varias temporadas los personajes de Chandler y Monica terminan juntos y adoptando gemelos, y esa noche en el hotel de Londres se metieron en un túnel de esos que no terminan nunca.  -sí, muchas veces el túnel tiene más bien cara de cama-.  


Claro: La idea de los túneles es que sólo sabemos por dónde entramos, el resto es un misterio que se resuelve caminando. En el amor es igual, nadie sabe a dónde termina el túnel de darse like mutuamente en las fotos, nadie sabe si ese túnel acabará siendo el que no tenga final. Pero yo no vine a hablarles de amor porque yo de eso no sé, de lo que sí sé, es de estilo. Cuando el estilo es el verdadero reflejo de la identidad también es un túnel que dura para siempre. La entrada puede ser como una idea que termina convirtiéndose en una filosofía, y justamente eso es el estilo, una filosofía. Por ejemplo, un túnel de estilo que aún no termina es que nos regaló Chanel y muchos años después, podemos ver cómo el logo de las dos C’s, aún sigue siendo una imagen que le habla a una gran variedad de mujeres en el mundo. Les dice: “¡Quiéreme, cómprame, llévame!” Muchas le hacemos caso a esa voz, otras pagan el arriendo a tiempo.

Encontrar nuestro propio túnel de estilo no sólo es una cuestión de arriesgarse y decir que sí, también se necesita suerte, ayuda divina, azar o magia, como le quieran llamar. Y el estilo otra vez se parece tanto, pero tanto al amor; ambos son túneles que con un poco de suerte pueden resultar en no acabarse nunca. Adoptar tendencias que nos llevan a conectarnos con lo que nos hace únicos, a tener estilo, es como salir en citas que tarde o temprano nos llevan al amor, a ese último puerto, esa persona que cuando estemos viejos nos va a mirar con los mismos ojitos con los que miramos una vitrina que dice SALE. Tanto en el estilo como en el amor, he entrado a los túneles equivocados, pero ¿Quién no? Una vez me metí en un túnel con una entrada paradisiaca y la salida era el shut de la basura, pero ¿Quién no?


 Los túneles eternos de la moda y el amor son tan escasos que por eso decidí empezar esta columna otorgándoles el título de escandalosos. A pesar de ser más raros que te devuelvan una USB, todo el mundo cree tenerlos, todo el mundo dice "te amo" como dice que su estilo es "vanguardista", todo el mundo dice que lo suyo es amor y que lo suyo es estilo. Pero por lo general esos túneles siempre encuentran salida y de eso uno no se muere, pero se aprende. Muchos creen tener el mapa de los túneles sin fin, se inventan reglas y fórmulas como si hubiera una sola respuesta correcta entre un montón de incorrectas. Los test de la revista Cosmo tipo “Si mi príncipe es azul, ¿es probable que sea porque está muerto?” y los consejos del horóscopo, se parecen mucho a los que dicen que rayas con cuadros no rima, y pepas con flores no combina. Las reglas tanto en el mundo del amor como en el de la moda, no existen. Una vez entendemos esto empezamos a caminar entre túneles, encontramos salidas, unas más agradables que otras, así buscamos nuestro estilo entre tantas modas. Después de todo ese trajín, la lección que nos deja la idea de los túneles sin fin es que tanto el amor verdadero como el estilo además de ser eternos, también son un milagro.  


No hay comentarios: