domingo, 8 de junio de 2014

Fútbol-à-porter


Vamos a hablar de fútbol.
Felicito a aquellas mujeres que aún siguen leyendo esto y como medida preventiva haré una aclaración antes de seguir. Fuera de lugar es una regla del fútbol que prohíbe que un jugador esté  adelante de la defensa contraria al recibir un pase. Así:




"El delantero azul a la izquierda del diagrama está en posición de fuera de juego ya que está por delante del penúltimo defensor (marcado por la línea de puntos) y del balón."



Listo, aunque en cierta parte lo considero innecesario. La creencia popular de que el fútbol es para los hombres ya pasó de moda, la tendencia actual es que nosotras no sólo lo entendemos, sino que dejamos que nos emocione, nos entusiasme, nos dé alegrías y tristezas como si el equipo al que alentamos fuera algo nuestro, o nosotras algo suyo, o ambas.  Dejamos de decir que son ’22 bobos detrás de una pelota’ para cantar “Sí sí Colombia, sí sí, Caribe”. Nosotras también podemos perder la razón ante un espectáculo, no todas, pero sí quienes elegimos ver el atractivo del juego en algo más que la cara de Yoann Gourcuff y la barba de Xavi Alonso. (Si, pueden parar para buscarlos en Google pero más les vale volver).
Aquí hablamos de moda, de eventos que se repiten con alta frecuencia, pero también somos flexibles a las excepciones: Colombia va al mundial (Y ya sabemos la frecuencia con la que se repite ese evento). Hace 16 años asistimos por última vez, así que esto viene siendo más como una Pop up Store o una colección de edición especial. Hay que vivirlo mientras dure -que ojalá sea mucho- así que por una vez vamos a olvidarnos de la tendencia minimalista en los tops para vestirnos hasta el alma de tricolor y ponernos la camiseta.  Esta es de las pocas prendas en el mundo cuyas representaciones pictóricas son tan explícitas como un escudo y una bandera, y es por esta misma razón que la moda termina siendo vital para el ritual del fútbol.
Para quienes nos gusta el fútbol ponernos la camiseta no es un reto, pero si no es el caso y a usted la invitan a ver un partido ¡Vaya! Así sea para ver las piernas de los futbolistas o los infartos múltiples de su novio y amigos. Eso sí,  si ve que nunca le pasan el balón al que tiene la camiseta diferente, ni se le ocurra preguntar ¿por qué? También es recomendable evitar preguntar “¿A qué lado es que mete gol Colombia?”. Eso clasifica como pereza mental independientemente de sus gustos.
El código de vestimenta para ver un partido de fútbol de la Selección, sea en casa o en un pub, es simple. Para no quedar ‘Fuera de lugar’ los lineamientos son pocos pero importantes:
1.       No amarrarse la camiseta con un nudo a un costado, para ceñirla más a la cintura y parecer ‘sexy’, menos si es para dejarla arriba del ombligo. Es una falta de respeto al deporte.
2.    Como la camiseta es suelta, se ve bien con pantalones ajustados (Léase ‘ajustados’, no ‘para empacar al vacío’). Unos jeans azules y entre más intenso el tono de azul, mejor, o pantalones negros, son los mejores básicos para combinar. 
3.       Se vale pintarse la cara mientras su sentimiento sea genuino.
4.       Como la camiseta tiene un corte deportivo combínelo con una chaqueta de un corte similar, es decir, aléjese de los blazers como el América de Cali se ha alejado de la A.

5.       Compre la original. Esas cosas se notan tanto como un Louis Vuitton falso que tiene grabado LB en las cremalleras.  

                                              A                                                                                         B







                                                                                 A> B
  
Es cierto que la moda y el fútbol se juntan en muchas instancias e incluso las prendas de inspiración deportiva han inundado las pasarelas del mundo en numerosas ocasiones. Pero también es cierto que hay algo que distancia al fútbol y a la moda hasta convertirlos en reflejos opuestos del otro: Podemos cambiar de zapatos, reinventar nuestro estilo personal, cambiar de color de labial, de lo que queramos, pero de equipo de fútbol jamás. Créanme, soy Santafereña, conozco el sufrimiento de cerca y aun así no  lo dejaría por nada en el mundo. El sentimiento que llega a desarrollar alguien por un equipo no es una tendencia, es una filiación que nace, se desarrolla, nunca llega a su madurez y por lo tanto nunca muere.

La moda cambia, el equipo de fútbol permanece.  

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