miércoles, 30 de julio de 2014

El cementerio de tendencias


Las tendencias un día son objeto del deseo y al otro, son todo lo contrario. Todos nos ponemos de acuerdo sin ponernos de acuerdo, difundimos, imitamos y marcamos una moda. Lo vemos claramente en la indumentaria cuando creamos relaciones con los objetos, a veces sanas, a veces no (Me refiero a las Uggs, son pantuflas y deberíamos reflexionar al respecto). Esa relación cambia y es la que nos hace creer que efectivamente, del amor al odio sólo hay un paso.   

Algunas tendencias viven más y mejor que otras, pero lo que siempre tienen todas en común es que son como Santiago Nasar: todas tienen su muerte anunciada. Se sabe que una tendencia va a morir desde el momento en que nace y nace cuando la gente le da permiso, cuando la usan y la quieren. Como Draco, el legislador Ateniense que era muy apreciado por los ciudadanos y un día a la entrada de un teatro le lanzaron sus capas y sombreros como muestra de agradecimiento, ahí mismo murió de asfixia. Algo así le pasa a las tendencias, se mueren porque la gente las quiere. A mí me parece romántico. 

Dicen que la muerte es difícil para el que se queda, que el muerto no se da ni cuenta y así pasa con los que siguen usando tendencias que están 6 metros bajo tierra. No es difícil para ellos, es difícil para nosotros, los tenemos que verlas. Ahora, no quiero decir que sigamos siempre las tendencias actuales porque eso haría que nos vistiéramos para la moda y no al revés, como debe ser. Mi punto, que ya tiene forma de nudo scout, es que debemos preservar el sentido del presente al momento de vestir. Nuestra ropa además de ser un reflejo de nosotros mismos, es un reflejo de la época y personalmente, no quiero vivir en el 2.001 por más que extrañe a La Factoria.  Podemos vivir la moda del ahora y hablar de tendencias muertas, pero corremos menos riesgos si ya hemos guardamos la Ouija.

Este post está tomando un tinte trágico, pero a las tendencias como a las personas, lo peor que les puede pasar no es la muerte sino el olvido pues no se puede resucitar a quien no se recuerda. Por eso, he diseñado este tour por el Père- Lachaise de la moda, para que traigamos a la memoria 12 tendencias que ya no están con nosotros y por ahora es mejor que sigan así. Recuerden que el cementerio permite visitas pero no exhumación de restos, al fin de cuentas estos muertos saldrán caminando por si solos algún día y habrá quienes las reciban con los brazos abiertos en su próxima vida.














... ... Y brille para ellas la luz perpetua. 

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