La tusa con moda, entra

Las tusas son una cosa horrenda, nadie se muere de eso pero pareciera que si. Deberían incluso contar para pedir incapacidad, y si el médico nos va recetar algo que sea una de José Cuervo con las amigas. 

Es difícil saber cómo superar una tusa, pero a la mujeres si nos lo explican con moda, lo entendemos mejor. Por eso, aquí hay 10 tips sobre cómo sobrevivir dignamente a una tusa en el dialecto que hablamos quienes amamos la moda:

Ves una foto tuya de hace 10 años usando algo espantoso, una camiseta blanca con una corbata encima, por ejemplo. No puedes ni siquiera creer como te pudo gustar eso alguna vez y parece imposible que te lo querías poner a cada rato. Ahora todo parece un desatino, como la moda Candy o el peinado Emo, que sirven para hacernos creer a la fuerza que la gente si cambia. Sin embargo, no hay que recordar las viejas tendencias con odio sino con amor. Usamos lo que usamos porque en ese momento era exactamente lo que queríamos, nos hacia sentir lindas, sexy, nos representaba. Nos gustaban las mangas de rayas de Avril Lavigne y ¿qué? Así pasa con los ex, especialmente cuando nos preguntamos si será que estuvimos borrachas toda la relación porque no existe otra explicación para tanto aguante. Aún así, hay que recordar las cosas buenas más que las malas, reemplazar los resentimientos por agradecimientos y no juzgar nuestras decisiones porque en ese momento era exactamente lo que queríamos. Se supera más fácil con amor que con odio.

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Estás de compras en tu tienda favorita después de las vacaciones de Diciembre, mes en el cual comiste arrocito con leche y natilla, como ordena el niño Dios. Ves un pantalón que te encanta, te lo mides en tu talla anterior y no te queda, pero te dices a ti misma que no importa, que te vas a meter al gimnasio y te va a quedar perfecto. Pasas por la caja feliz a comprar un pantalón en el cual no respiras, pero en tu mente te ves divina con el, cuando existe la posibilidad, la significativa posibilidad, de que nunca llegues a quitarle la etiqueta. Eso pasa cuando tomamos alcohol durante el despecho, somos felices un rato, somos muy felices pasándole el pantalón talla 4 a la cajera, pero al día siguiente la tusa va a estar esperándonos otra vez. La realidad no se va con el simple deseo de echarla. Es mejor esperar a que el gimnasio haga efecto y, ahí sí, comprar el pantalón para estrenar al día siguiente. También, es mejor esperar a que la tristeza se acabe para que a la mañana siguiente, después de la borrachera y con guayabo, ella no tenga porqué volver.

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¿Te acuerdas en Mean Girls cuando Rachel usaba la palabra Fetch y a cada rato decía "That's so fetch" para que se pusiera de moda? ¿Y luego, Regina George le dijo textualmente "Para de intentar hacer que Fetch pase, NO VA A PASAR!"? Bueno, pues así te ves insistiéndole a tu ex para que vuelvan. Ser amado, al igual que imponer modas, no es algo que funcione rogando o insistiendo demasiado. Tiene de hecho, el efecto contrario.
En conclusión: Stop trying to 'regresar con tu ex' happen, it's not going to happen!

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Normalmente cada seis meses las mujeres sacamos para regalar la ropa que no nos ponemos. Es ahí cuando todos nos encontramos esa prenda que nunca usamos pero ahí se queda. No la usamos porque no nos queda bien, porque es demasiado retro o porque no nos sale con nada, pero no la regalamos porque estamos esperando a que las cosas cambien,  esperamos que se ponga de moda otra vez o que compremos lo que nos hace falta para combinarlo. Así, pasa y pasa el tiempo y esa prenda probablemente va a seguir acumulando polvo en el fondo del armario. Eso mismo pasa con las relaciones complicadas donde no somos nada concreto y, especialmente, no somos concretamente felices. Vivimos en el limbo de esperar a que el otro cambie para 'ahí si' empezar a tener lo queremos. Eventualmente tendremos que dejar de esperar y sacar esa prenda, vieja y nueva, del todo, para abrirle campo a una que si nos llene el closet. Eventualmente tendremos que dejar de esperar y sacar a esos hombres, idos y presentes, del todo, para abrirle campo a uno que si nos llene el corazón (y el closet).

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Tienes una fiesta importante y no sabes que vestido ponerte ¿A quien le preguntas? ¿A tu mama, a la dependiente de la tienda o a tu amiga la que se viste bien? Si le preguntas a tu mama te va a decir que te ves linda con la ropa de la abuela y si le preguntas a la vendedora, probablemente te va aconsejar que compres lo que le deje mas comisión. Entonces, ¿deberías confiar en lo que te aconsejan? No, porque son opiniones parcializadas y van a tomar partido. Lo mejor es pedirle consejo a alguien que sepa del tema, como tu amiga. Con el despecho pasa igual, necesitas desahogarte, todos lo necesitamos, pero si lo haces con alguien que reme para su lado vas a terminar más ahogada. Expresa tus sentimientos con terceros que no tengan nada que ver en la relación y en la ruptura, y pide consejos a personas que manejen bien sus relaciones, por lo tanto Taylor Swift y Laura Bozo están descalificadas.

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Encuentras el par de zapatos más perfecto y además están en Sales. Quedaste embelesada con ellos y estás decidida a llevártelos, pero la vendedora de la tienda te informa que no queda ninguno de tu talla. Desilusión de amor nivel: Romeo y Julieta. Te vas descorazonada y pasas por las vitrinas ignorando el resto de zapatos o pensando que son feos, incómodos, caros, siempre insuficientes. Sientes que ningún par te gustará tanto como el primero, el que se supone que era para ti pero justo no puedes tener, y por eso, al final no te compras nada. Hasta te atreverías a decir que te vas a quedar descalza el resto de la vida. La realidad es que mientras te convences de ese fatalismo pudiste haber encontrado unos lindos zapatos que, con el tiempo, hubieran podido llegar a gustarte tanto como los primeros. Que no te pase lo mismo con los hombres, que no pienses que porque el que querías no te lo pudiste llevar, entonces ya no quieres a otro o que quien sea que llegue eventualmente, no te va a gustar tanto, tanto, tanto. Porque, siempre hay más zapatos en las tiendas, como peces en el mar y como amores en el mundo. 

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Todos sabemos que para mezclar estampados debemos tener por lo menos un sólido, es decir, una prenda neutral en el look. Si mezclas estampados en un vestido y la chaqueta, entonces los zapatos deben ser de un  solo tono y si mezclas estampados en una falda y en los zapatos entonces el top tiene que ser plano, sin estampar. Por más que te puedan llegar a gustar las prendas explosivas, si las usas en exceso en un mismo look vas a perder el equilibrio. Si te puedes autorregular en las prendas estampadas en un solo outfit para no perder el equilibrio, ¿por qué no te puedas regular en las medidas exorcistas de una tusa? Si escuchas James Blunt, comes helado de chocolate con cuchara grande, haces maratón de chick flicks y te quedas en piyama, todo en un mismo fin de semana, va a ser un exceso, sí, de cosas que te gustan y necesitas, pero vas a perder el equilibrio. Conviene más hacerlas por aparte, y si juntas dos de ellas tienes que neutralizarlas con algo plano que compense por los excesos, por ejemplo, música para farrear, ensalada o películas de acción; algo que te permita mantener el equilibrio en la tusa así como lo clásicos lo hacen en los looks.

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Las tendencias mueren, tan seguido como los personajes de Games of Thrones, pero el estilo no, ese tiene que seguir. Las Fashion Victims son aquellas que dependen todo el tiempo de las tendencias y no tienen estilo personal, por lo tanto, si no adoptan una tendencia no se hallan y no saben ni qué ponerse. Creen que lo que les daba la tendencia anterior se los va a dar una nueva, y no les importa ni siquiera, si les conviene o no. Las mujeres con estilo no dependen de las tendencias porque no le tienen miedo a no estar 'a la moda'. Son mujeres atemporales, cuyo estilo depende única y exclusivamente, de ellas mismas. Así como hay trendependientes, también hay mujeres con dependencias afectivas, necesitan siempre tener a alguien a su lado, en cualquiera de sus formas y bajo cualquier circunstancia, y no les importa ni siquiera, si les conviene o no. Un clavo no saca a otro clavo, así como una tendencia no saca a otra.

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Hay gente que cuando se compra un bolso caro sube la foto a Facebook o que se va de compras a Miami y pide que le tomen una foto saliendo de algún Outlet, con las manos repletas de bolsas de marcas; todo para demostrar que tienen plata. Ahora, ¿Crees que Rachel Zoe o Lauren Santo Domingo se toman la misma foto para sus redes sociales? NO. ¿Por qué? Por que quien en verdad es, no tiene que esforzarse tanto para demostrarlo. Menos aún, promocionarlo en redes sociales. Eso pasa cuando entusada escribes en tus status cosas como "No te odio porque no eres tan importante" o pones el video de Irreplaceable de Beyonce ¿Crees que a alguien que en verdad no le importa su ex le interesa demostrarlo? Intentar aparentar algo que no se es, tiene el efecto contrario y uno termina pelando el cobre, ya sea por la tarjeta de crédito con sobrecupo o por la imposibilidad de superar a quien se amó.

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A Coco Chanel no le gustaban las rodillas, le parecían feas. Por eso diseñó faldas en tweed estilo tubo que terminaban justo debajo de ellas, y la atención la dirigía siempre a otro lugar: los collares de perlas, sombreros decorados, chaquetas de una confección especial, etc.
 Ella pudo haberse quedado pensando lo mucho que en verdad no le gustaban las rodillas, pero en vez de eso, las cubrió, se dedicó a resaltar otras partes del cuerpo femenino y lo disfrutaba. La moda como herramienta visual sirve para distraer, para ocultar lo malo, resaltar lo bueno y así poder disfrutarla más. Hay relaciones amorosas que son para nosotras lo que las rodillas de las mujeres eran para Chanel. Podemos quedarnos pensando cuán fea es esa relación o lo bueno que sería que fuera diferente, o podemos distraer, resaltar lo bueno y ocultar lo malo. Si tu vida amorosa es un desastre adorna las otras partes de tu vida para que sean más importantes, viaja, trabaja en tus propios proyectos, haz deporte, lee, pasa tiempo con tu familia, con los amigos que hace mucho no veías. Distrae, distrae, distrae y pronto todo se verá tan bello que las rodillas no podrían importar menos.




Ahora superar una tusa con dignidad no parece tan difícil. Si tienes una amiga que está entusada y no quiere entrar en razón, explícaselo con moda y lo entenderá mejor.